martes, 31 de mayo de 2011

Como se manifiestan los angeles



No hay manera correcta de percibir a los Ángeles, se nos presentan en condiciones muy suyas, con apariencias que son sumamente personales según cada individuo. No hay dos encuentros angélicos que sean iguales y no existe una fórmula que sea objetiva para ello. Están aquí para ayudarnos a elevar nuestra comprensión y se vinculan con nosotros en el plano mas alto en el que podamos funcionar.
La persona que se encuentra con un Ángel nunca vuelve a ser la que era antes de ese encuentro. Los Ángeles suelen aparecer con más frecuencia a los niños, santos e inocentes, que tal vez tengan una vibración mas alta de lo normal.
Cuando un espíritu desencarnado entra en un cuarto uno experimenta un escalofrío, como si se hubiese dejado una puerta abierta, sentimos  frío o sensación de pinchazos. Todas estas son características de los fantasmas. Pero los Ángeles son diferentes, nadie que haya visto un ángel lo confunde con un fantasma.
Los Ángeles son notablemente cálidos y amorosos, quienes los han percibido se refieren a ellos con respeto y describen sentirse envueltos por una gran fuente de Luz, de Amor y de Protección
También pueden presentarse como colores, visiones, sueños o adoptando la forma de animales, luces en el agua o en el cielo, y también como personas que jamás volveremos a encontrar. La persona que los percibe se llena de Alegría y Felicidad, ya que transmiten un mensaje de no temer, de ayuda o de esperanza. Son mensajeros de la Divinidad, emanan serenidad y las personas que han recibido su visita han tenido la sensación de haber sido abrazadas por sus alas amorosas.
Cuando elevamos nuestras vibraciones mediante formas de pensamientos-sentimientos constructivos, positivos, evolutivos creamos el espacio de Luz que ellos requieren para manifestarse, enviándonos mensajes o proyectando imágenes en nuestra pantalla mental, ayudándonos a elevar la visión y el espíritu.
Los Ángeles quieren que nos acerquemos a ellos. Su naturaleza es respetar nuestra elecciones, nuestro libre albedrío, y acuden solícitamente a ayudarnos cuando lo pedimos. Al invitar, concientemente, a los Ángeles a participar en nuestras vidas para que nos guíen, ayuden y asistan en todas nuestras tareas, nos abrimos a vivir en un estado continuo de Gracia y tendremos la certeza de que todo sucederá  conforme a la Voluntad de Dios. Al desarrollar esta relación, esta amistad, nos sentiremos acompañados eternamente y viviremos en el estado de gratitud en el cual ocurren los milagros.

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